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En algunos casos puede parecer un lujo pero también es una necesidad, ¿A cuántos de nosotros nos ha pasado que nos llega familia o amigos de visita y simplemente no tenemos espacio donde acomodarlos? Muchas veces terminan en la sala o amontonados en alguna de las habitaciones, por eso es importante si es tu caso, considerar un espacio que pueda servir como recámara de visitas, ciertamente puede ser alguna sala de TV que se transforme el sillón en cama o tener una recámara propiamente  pero ¿qué debe de tener una recámara de visitas?

Quizás te ha pasado que decides pintar alguna habitación y te imaginas el color perfecto, lo eliges y pintas el espacio pero a la hora que esta en tu habitación sientes que el resultado es completamente distinto a lo que tenias en mente, el color no luce igual o no logra el efecto que buscabas.

Esto suele ser muy común, existen diferentes factores que pueden alterar el color de los muros y que debes de considerar antes de pintar tu hogar.

Uno de los factores más importantes es la luz, pero en el caso también hay variantes, te explicaremos por partes, lo primero que podría alterar el color es si tienes un tipo texturizado en tus muros, no genera un cambio muy drástico pero si puede generar otra sensación y otra apariencia al color.

Como mencionábamos, el factor más importante es la luz, lo primero es la cantidad de luz natural que entra en nuestra habitación, el tamaño de las ventanas y su ubicación e incluso la carencia de estas, pueden hacer que luzca diferente, por lo mismo muchas veces el color que vemos en la tienda no necesariamente será el mismo que veamos en nuestro espacio; Entre más luz natural tengamos en nuestro espacio más puro y realista se verá el color que seleccionamos y entre menos luz natural tengamos, más distinto se verá, por eso es muy importante que observes que tanta luz natural entra en la habitación que estás por pintar, para que luego no te lleves una desagradable sorpresa con el resultado, además recuerda que la luz natural se mueve a lo largo del día y cambia no solo de posición sino de tono, esto irá cambiando el tono de la habitación a lo largo del día y lo mismo será si es invierno o verano, puede ser una experiencia muy agradable siempre y cuando estés contento con el resultado, los colores cambian y se amoldan al rosado o amarillo del atardecer, a la luz intensa del medio día o a la sombra.

Además de la luz natural tenemos también la luz artificial y entre estas están la luz amarilla y luz blanca que generan sensaciones completamente diferentes, la luz amarilla como su nombre lo dice es una luz mas cálida, es agradable para fomentar la platica, leer o simplemente estar y la luz blanca es muy util para trabajar o cuando no queremos tantas sombras en nuestro espacio, puede llegar a cansar así que mezclarla con colores más cálidos puede ser muy agradable y mezclarla con colores fríos puede hacer sentir el espacio aún más frío lo que no pasa con la luz amarilla que se mezcla con un color más frío en los muros, el tono de los muros se verá más agradable una vez que los mezcles, lo mejor es que si te da miedo elegir un color basado en lo que ves en el muestrario de pinturas, compra algunas en formato pequeño con el color que te llama la atención eligiendo aquel que te gusta y de preferencia uno en mismo color pero tono más oscuro y otro en tono más claro, haz las pruebas en la habitación que quieres pintar y déjalo por lo menos un día en el que te permita ver el paso de la luz a lo largo del día y como se ve durante el día con la luz natural y durante la noche con la luz artificial.

Otro aspecto a considerar es el tamaño de la habitación, no solo el tamaño de los muros sino lo alto del techo, todo esto puede alterar la manera en que percibimos un color, si más oscuro o brillante.

El color de los pisos también hace que el tono que coloquemos en los muros lo percibamos diferente, ya que la luz rebotará y se reflejará en ellos cambiándolo visualmente el color aplicado en los muros.

Fuente: Berel.